Camila, una joven de 27 años de edad, comenzó a sufrir dolores corporales que se hacían cada vez más intensos y pronto le hicieron más difícil encontrar tranquilidad.

A Camila la diagnosticaron con fibromialgia y ahí comenzó la búsqueda de una solución para su afección.

«El dolor se mide con una escala según su intensidad, yo ya estaba desesperada porque frecuentemente sentía que estaba al máximo que es un 10».

La actual medicina le ofreció el combo farmacológico que dicta el protocolo actual en estos casos, pero solo le daban un alivio pasajero y pronto mostraron efectos secundarios muy dañinos en su cuerpo, que incluían el deterioro gastrointestinal.

Camila decidió a finales de 2018 probar con el cannabis medicinal.

Desde la primera aplicación sublingual de aceite de cannabis, ella comenzó a sentir la mejoría, llegando actualmente al nivel 3 en la escala de dolor.

Esto le permite tener una mayor calidad de vida, retomando sus actividades habituales con un nivel tolerable de sufrimiento.

Ella describe que nunca tuvo semejante mejoría cuando estaba tomando el tratamiento farmacológico habitual.

Hoy en día, Camila está optimista mediante el uso de aceites y vaporizadores de cannabis ella lleva una vida más tranquila.